Estos días han llovido algunos palos por un mensaje de escasamente un centenar de caracteres, que el autor de esta cuenta de Twitter colgó sobre cierta excelentísima señora.

Que en Twitter lluevan palos suele ser el parte metereológico habitual del medio. Pero esta vez lo preocupante es que han caído desde el lado de los, habitualmente, afines al autor.
El dichoso tuit es muy corto y tiene 5 elementos de atención:
“izquierda española“
Es una alusión directa a la izquierda woke que iba a asaltar el cielo y se conformó con un desván en La Moncloa.
“tía” expresión popular.
También se ha criticado el uso de ese término, para una ministra (vicepresidenta en realidad). Demasiado informal quizá? por usarlo en femenino?… pues no me queda claro.
“manta” según me han aclarado no es una manta corriente, es una pashmina. Mira tú. Y yo pensando que se había llevado el edredón al Congreso.
“poner ojitos” otra expresión popular. En realidad define la muy comentada actitud, digamos de sobreexcitación, de la vicepresidenta con Sánchez cada vez que se sienta a su lado. En el vídeo de donde está sacada la imagen:
…se le ve gesticular y bufar “No! Otra vez!” porque desde el estrado una diputada de Esquerra les recuerda que Cataluña sigue esperando una respuesta.
“nieto de Felipe González”
No sé si esto se entiende bien, espero que nadie piense que estoy diciendo que el presidente descienda de algún hijo ilegítimo de González.
La ironía se entiende mal en la radio y según parece tampoco Twitter es un medio muy adecuado. Con mejor o peor fortuna yo la uso mucho cuando me da pereza hablar de cosas evidentes.
En este caso, de la vergüenza de que esta excelentisima señora sentada en el banco azul, en un ambiente de terraza de cafetería pija, se descojone en la cara de una señoría que le está recordando sus incumplimientos.
Que se recorra el país repartiendo charlitas de autoayuda sobre lo que habría que hacer… LA VICEPRESIDENCIA DEL GOBIERNO! mientras le meten goles como la reforma laboral o la Ley Trans.
A veces, como en este caso, detrás de un mensaje corto y simple hay un intento de crítica a temas más graves que nos joden la vida día a día. El/la que prefiera verlo desde la perspectiva de género, está en su derecho. Pero se agradecería un esfuerzo para entender el mensaje y no quedarse en el detallito más o menos afortunado.
A fin de cuentas entre el centenar escaso de caracteres del mensaje no hay ni un solo insulto. Lo que en Twitter ya es todo un logro.
Utzi erantzun bat