@gukgeuk – 23 de abril de 2025 – Tiempo de lectura: 15 minutos.
Existe cierta controversia sobre el final de lo que los intelectuales vienen denominando «Siglo Americano», término utilizado para describir un largo periodo (1914-2001) de dominio político, económico, tecnológico e incluso cultural estadounidense, en contraposición al anterior «Siglo Británico» (1815-1914), o al aún anterior «Grand Siècle» francés (siglo y medio en realidad). Algunos autores proponen el 12 de septiembre de 2001 como la fecha simbólica en la que el imperio americano inició su decadencia otros la posponen hasta primera llegada de D. Trump a la Casa Blanca, pero casi todos coinciden en que el derrumbe americano no tiene vuelta atrás, no existen precedentes de imperios que hayan vuelto a una posición de supremacía una vez iniciada su decadencia.
Emmanuel Todd, politólogo e historiador francés, famoso por haber predicho con una precisión asombrosa, veinte años de antelación, la caída de la Unión Soviética, publicó en enero de 2024, su libro “La derrota de Occidente” (Akal), donde anticipa el irreversible derrumbe de Estados Unidos y Europa y lo explica concienzudamente. Según él, Occidente ya no es un modelo de democracia liberal sino un poder de los ultrarricos en donde estos “son la minoría más protegida”. Y de otro lado, Estados Unidos “una organización fundamentalmente militar cuya única ética es el poder y la violencia”.
Veamos otro párrafo: “La implosión de la URSS volvió a poner la historia en movimiento. Sumió a Rusia en una violenta crisis, pero, sobre todo, creó un vacío mundial que absorbió a Estados Unidos, también en crisis desde 1980. Se desencadenó entonces un movimiento paradójico: la expansión conquistadora de un Occidente que se marchitaba en su corazón. La desaparición del protestantismo condujo a Estados Unidos, por etapas, del neoliberalismo al nihilismo, y a Gran Bretaña, de la financiarización a la pérdida del sentido del humor. El estado cero de la religión ha llevado a la Unión Europea al suicidio, justo cuando Alemania estaba a punto de resurgir.
«Entre 2016 y 2022, el nihilismo occidental se fusionó con el ucraniano, nacido de la descomposición de la esfera soviética. Juntos, la OTAN y Ucrania se enfrentaron a una Rusia estabilizada, de nuevo una gran potencia, ahora conservadora, tranquilizadora para el resto del mundo que no quiere seguir a Occidente en su aventura. Los dirigentes rusos han decidido tomar partido: han desafiado a la OTAN y han invadido Ucrania. Recurriendo a los recursos de la economía crítica, la sociología religiosa y la antropología”
Todd advierte también del fuerte aumento de las tasas de mortalidad en Estados Unidos. Los altos índices de homicidios, los suicidios y asesinatos y la preponderancia en el pensamiento de la sociedad de un nihilismo imperial expresado en la obsesión por la Guerra Infinita.
«La desaparición del protestantismo condujo a Estados Unidos, por etapas, del neoliberalismo al nihilismo, y a Gran Bretaña, de la financiarización a la pérdida del sentido del humor. El estado cero de la religión ha llevado a la Unión Europea al suicidio, justo cuando Alemania estaba a punto de resurgir.«
Emmanuel Todd
Siempre según Todd, otra de las consecuencias de esa decadencia intelectual es la desaparición de la ética del trabajo y el florecimiento de la codicia como medio de realización personal, gracias a los nuevos valores derivados de esa nueva y única fe: El neoliberalismo. Todd enmarca esto en el mismo escenario del colapso de la ética protestante y el espíritu del capitalismo:
“En vísperas de la guerra de 1914, Weber razonaba que el ascenso de Occidente era, en el fondo, el ascenso del protestantismo. El protestantismo había producido un alto nivel de educación, sin precedentes en la historia de la humanidad, la alfabetización universal, porque exigía que cada fiel pudiera leer la Biblia. Por otra parte, la necesidad de sentirse elegido por Dios condujo a una ética del trabajo y a una fuerte moral individual y colectiva que produjo un considerable avance económico e industrial.”
Esa moral de ética personal y ese enaltecimiento de la cultura del esfuerzo se ha venido abajo con la llegada del neoliberalismo. Todd también razona las recientes derrotas de la OTAN en los todos escenarios globales de esta forma:
“El mecanismo militar, ideológico y psicológico de la OTAN no existe para proteger a Europa Occidental, sino para controlarla”, “El histórico eje París-Berlín ha sido sustituido por el eje Londres-Varsovia-Kiev, eso es el fin de Europa como actor geopolítico autónomo.”
Todo esto según Todd, está conduciendo a Ucrania a la derrota de esa alianza militar.
“El mecanismo militar, ideológico y psicológico de la OTAN no existe para proteger a Europa Occidental, sino para controlarla”
Rand Corporation un laboratorio de ideas ligado a la industria militar y financiera del país, en un reciente informe de 126 páginas, solicitado en 2024 por la Secretaría de Defensa del ultimo gobierno Biden, habla claramente de que la “espiral descendiente” de Estados Unidos se está acelerado, no tanto por factores externos como la presión geopolítica de los BRICS encabezados por China o la perdida de influencia sobre los países en desarrollo, sino más bien por razones internas como: «La desaceleración del crecimiento de la productividad, el envejecimiento de la población o la polarización del sistema político y un entorno informativo cada vez más corrupto.” A nivel civil el informe también habla de “adicción al lujo decadente”, “incapacidad para seguir el ritmo de… las demandas tecnológicas”, burocracia “osificada”, “pérdida de virtudes cívicas”, “sobrecarga militar”, “élites interesadas y beligerantes” o “prácticas medioambientales insostenibles”. como otros síntomas preocupantes del declive de EE. UU. como nación.
Para finalizar, el informe, refiriéndose a Roma, la España de los Habsburgo, los imperios otomano y austrohúngaro. recuerda que: “Cuando las grandes potencias han perdido una posición de preeminencia o liderazgo debido a factores internos, rara vez han invertido esta tendencia”.
Seguramente durante los próximos años solamente oiremos muchas proclamas electorales, propuestas simples para problemas complejos. Esto solo puede traer un aceleramiento del declive de Estados Unidos. Quizá no sea en esta década, pero según los expertos el destino ya está escrito.
En lo que no hay consenso es si el final de esa preponderancia americana es el inicio del Siglo Chino».