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UNIÓN EUROPEA en alemán se pronuncia “Libensgaum”

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Alegoría de Lebensraum guiando al pueblo alemán a sus nuevos territorios.

El término Lebensraum (pronunciación aproximada: “libensgaum”) o Espacio Vital, erróneamente atribuido a Hitler, es un concepto que ha circulado por Alemania con completa normalidad desde mediados del XIX, cuando el biólogo Oscar Peschel lo teorizó.

A diferencia del resto de países europeos occidentales, Alemania nunca a dispuesto de recursos coloniales importantes: Tanzania, Namibia y poco más, por tanto esa idea del derecho a disponer de espacio o de acceso a los recursos necesarios para desarrollarse como nación ha circulado libremente en el subconsciente alemán desde hace siglos.

Con la Alemania nazi la lebensraum alcanzó su máxima expresión. El objetivo de Hitler no era dominar el mundo como simplistamente se suele repetir, era “solamente” controlar el centro y el este de Europa, ocupar esas tierras, someter a su población y hacerse con sus recursos. Con el resto de Europa, Hitler esperaba llegar a una entente, dejando América para los EEUU y Asia para Japón.

No era una idea descabellada, a fin de cuentas eran las mismas políticas que los yankis habían practicado en Norteamérica, los ingleses en la India o los bóers holandeses en Sudáfrica. Cierto que los pueblos del este europeo, eslavos en su mayor parte, nada tenían que ver con los zulúes sudafricanos o con indios de cualquiera de los demás continentes. Pero eso no los hacia mejores ni peores que ellos. En resumen, en ese contexto y en esa época, la idea no era particularmente incorrecta.

Hitler puso el entramado económico e industrial, la capacidad cientifica, la máquina bélica prusiana, todo el esfuerzo nacional, en pos de la consecución de esa idea. Y la mayor parte de su pueblo le siguió. Con el resultado que todos sabemos.

Una vez derrotada Alemania, Adenauer y Schuman, alemán y francés respectivamente pero ambos “völkischers” de cultura germana, se afanaron desde el primer minuto en promover la idea de la unidad de Europa. ¿Europeismo? Seguramente no. Más bien vislumbraron que la propuesta de unión europea era el salvavidas que permitiría a Alemania escapar del destino previsto para ella por algunos planes aliados como el Morguentau: convertirla en un bucólico país de granjeros y agricultores. La idea de la unidad de Europa terminó salvando a Alemania. Eso y el inicio de la Guerra Fría, pero ese deseo de extender su territorio, o por lo menos su zona de influencia nunca ha desaparecido del imaginario alemán, siempre ha sido una constante en la historia de los pueblos germánicos, simplemente han ido cambiado el nombre y los medios.

Con el hundimiento de la Unión Soviética, el fin de la guerra fría y la reunificación alemana la idea del Lebensraum tomó velocidad de crucero. Alemania urgió a sus socios a ampliar la UE hacia el este, Polonia, Países Bálticos, Chequia, Eslovaquia, Hungria, Rumanía, incluso Bulgaria, todos los países ocupados por el III Reich durante la guerra, fueron uno tras otro admitidos dentro de la Comunidad, anteponiendo el interés geopolítico alemán a la calidad democrática y económica de los candidatos y a la misma capacidad de integración de la UE. Alemania se implicó incluso en la Guerra de los Balcanes a favor de su viejo socio croata. Solamente cuando quiso cerrar el círculo incorporando a Ucrania, el oso ruso enseñó las garras y tuvo que aplazar el intento para mejor ocasión.

“Me gusta tanto Alemania que prefiero que haya dos”, esta frase que unos atribuyen a Mitterrand y otros a Andreotti refleja el escepticismo de los mandatarios del sur de Europa ante la previsible reunificación alemana. Para muchos de ellos, excombatientes en la guerra, la imagen de una Alemania nuevamente unida y fuerte, y en un lapso tan breve de tiempo, era el preludio de nuevos conflictos. Los holandeses tampoco lo tenían nada claro, Ruud Lubbers se manifestó repetidamente contra el supuesto derecho de los alemanes a modificar unilateralmente el status quo que la comunidad internacional había acordado después de la hecatombe mundial de la IIGM.

Los británicos por su parte eran los más reacios de todos, eran de entre los países europeos los que habían cargado sobre sus hombros el mayor esfuerzo durante la guerra, Thatcher creía que los alemanes no habían aprendido nada de sus pasados errores y así lo expresaba a todo el que la quería escuchar.

“Alemania será el Japón de Europa, pero en peor. El presidente francés está de acuerdo conmigo respecto a que los alemanes pacíficamente están logrando lo que Hitler no alcanzó por las armas. Sugiero que las tropas soviéticas permanezcan indefinidamente en Alemania; eso nos permitirá mejorar nuestras relaciones con los rusos y a la vez controlar a los alemanes.”

M. Thatcher a G. Bush. Febrero de 1990

Por esta entre otras razones UK se deslizó cada vez más rápidamente por la pendiente del euroescepticismo, hasta desembocar en lo que todos conocemos.

De entre los líderes de la Europa occidental, la idea de la reunificación sólo recibió el apoyo entusiasta de Felipe Gonzalez, que saldaba así viejas deudas por la ayuda que desde Alemania recibieron su partido y él durante los últimos años del franquismo y los primeros de la transición.

La reunificación alemana (1990), la implantación del euro (2002) y la ampliación de la UE hacia el este (2004-2007) supusieron la consecución de los objetivos estratégicos de Alemania (un país, una moneda, un mercado) y el punto de inflexión de su idea de Europa.

Para Alemania la actual UE es su largamente ansiado “Lebensraum”, actualizado, civilizado y políticamente correcto. La cristalización de los anhelos de sus últimas generaciones. No habrá más unión política, ni armonización fiscal, ni diplomacia común, ni política de defensa y aún menos ejército europeo. La PESCO se limitará a coordinar estrategias y recursos: comunicaciones, intendencia, sanidad militar y vías rápidas terrestres y aéreas para el desplazamiento de unidades militares. No habrá más cesiones de soberanía.

Para el resto de los europeos, especialmente para los del sur, es el final del sueño.

Gukgeuk 200524



2 erantzun “UNIÓN EUROPEA en alemán se pronuncia “Libensgaum”” bidalketan

  1. […] de lo que en realidad es la UE: un espacio de 450 millones de consumidores. Un mercado libre para Alemania, sin apenas conciencia común de ciudadanía ni un proyecto de futuro más allá de unas […]

  2. […] de ser un club de medianos y pequeños nacionalismos. Un espacio político y económico para el Lebensraun alemán. Un protectorado americano culturalmente colonizado por los USA desde hace 75 años, […]

Utzi erantzun bat

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Katalana jaiotzez, orbatarra hazkundez, goierritarra adopzioz. Beti iruinsheme. Denetaz harro. Ezertaz ere ez naiz damutzen. Batzuetan kontraesankorra. Inkontsekuentea inoiz ez.

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