«Anda, vete de mi vera, que tú pa mí has tenío sombra de negra jiguera.» (Copla popular)
La higuera no tiene buena fama. Sus frutos son jugosos durante una corta temporada del año, pero fuera de ella es únicamente un árbol retorcido, con un olor a veces irritante y una corteza lisa semejante a la piel de los grandes reptiles. Bajo su copa ninguna otra especie prospera, sus frutos son el hogar favorito para algunas avispas, su madera no se usa para la construcción porque se pudre fácilmente y ni siquiera es utilizable como combustible.
Tampoco su sombra es muy aprovechable, de apariencia deseable y acogedora, cuando aprieta el calor, refugiarse sudando bajo su copa no es buena idea. Su atmósfera es una tóxica mezcla de látex y otros elementos urticantes que es causante de molestas erupciones (fitofotodermatosis), a veces bastante duraderas.
A semejanza de la higuera, bajo la copa del socialismo de Ferraz, o de su rama navarra el PSN, nada crece mucho, la atmósfera se vuelve asfixiante, invade espacios cada vez mayores y en su entorno habitan en simbiosis con ella especímenes agresivos. Garantía en suma de que, a cambio de unos pocos y a veces insípidos frutos, tu vida será corta y dolorosa. Algunos ya advertimos hace 4 años de que engordando a la cabra que se comía nuestro pasto no podíamos durar mucho, ¡como jode a veces acertar!.

«Esta inmensa higuera ha crecido porque hemos abonado sus raíces. No sólo le hemos dejado que ocupe nuestro espacio, además nos hemos acurrucado inocentemente bajo su venenosa sombra.
Nosotros, que nacimos para recuperar el espacio de la izquierda de Navarra, hemos dejado que la franquicia del socialismo madrileño «en Navarra», la que desde al 2015 al 2019 torpedeó el cambio, nos chulee una vez más y nos ahogue mientras, ella sí, recoge los frutos de nuestro árbol».
No queda otra que cambiar de habitat. Podremos pensar que fuera de esa sombra hace mucho calor (o mucho frío), pero emigrar de ese espacio tóxico es nuestra única oportunidad de vivir y crecer, para reivindicar el espacio que hemos dejado a derecha e izquierda a aquellos que ahora ironizan con nuestra supuesta debilidad. Lo otro es agostarse hasta morir.
Tenemos mucho de qué hablar y lo haremos. Con decisión y sin miedos ni determinismos. Siempre que lo hemos hecho así hemos dado un paso adelante.
…y una reflexión final para la esperanza: las higueras tienen una vida corta.
@gukgeuk 230727
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