LIBERA STATE

UN NAUFRAGIO ENTRE VETOS Y FOBIAS.

Ha pasado casi un mes desde los comicios municipales y forales sin mayores sorpresas. Los pronósticos adelantados aquí en líneas generales se han cumplido y en la rampa de salida de las siguientes e inesperadas nuevas elecciones, generales esta vez, los partidos dan por buenos sus resultados y mantienen sus vetos y sus fobias. Como primer resultado, la mayoría social de Pamplona condenada a cuatro años más de caverna derechista.

UPN, LA AGONÍA INTERMINABLE. UPN ha vuelto a ganar, quedándose con 90.000 de los 124.000 votos que la derecha amontonada consiguió hace cuatro años, aunque esa derecha en su conjunto ha perdido más de 10.000 votos y la brecha con sus inmediatos seguidores se ha reducido a la mitad, 13.000 votos. Este lento e interminable declive, bueno para nadie, hace que presumiblemente nos esperen otros 4 años de tensión institucional, bloqueo en los ayuntamientos gobernados por ellos y parálisis en la deseada normalización política y social de la Comunidad Foral.

Cristina Ibarrola no conseguirá gobernar contra la mayoría, del mismo modo que Maya se estrelló una y otra vez contra ella. Les es igual. UPN no nació para gobernar ellos sino para que otros no lo hagan.

Tampoco esto es bueno para la derecha navarra. En 2027 se cumplirán 12 años del desalojo de la UPN política del puente de mando del Gobierno Foral (otra cosa es la UPN sociológica, que sigue enquistada en su maquinaria institucional). Durante más de una década los votos de decenas de miles de navarros, muchos de ellos sinceramente fieles a una idea de centroderecha moderada, navarrista y reformadora del fuero han ido a la basura. Sus líderes, a pesar de ganar elección tras elección, han sido incapaces de generar en torno a ellos el consenso social y político suficiente para acceder al poder. En cambio la crispación y el sectarismo han imperado allá donde han conseguido gobernar. Navarra espera, necesita otra derecha que le dé una respuesta integradora a ese sector. Juan Cruz Alli fundó su CDN 20 años antes de tiempo.

PSN, 4 AÑOS MÁS DE PRESIDENCIA FIEL A FERRAZ. PSN sigue siendo segunda fuerza, pierde 4.000 votos pero sigue encabezando esa mística mayoría progresista, la nueva fe de la izquierda que, con la aquiescencia del resto, le adjudica el derecho a negociar un gobierno de coalición, para inmediatamente después de la firma hacer lo que mejor le parezca… a Madrid.

PSN nunca se ha librado de su dependencia orgánica e ideológica de Ferraz. Aquellas proclamas optimistas de hace cuatro años, cuando aseguraba que las cosas en el futuro se decidirían en Navarra han quedado archivadas en el cajón de las promesas incumplidas, donde ya casi no queda sitio. Ferraz no ha soltado el bocado, simplemente ha aflojado la rienda.

“¿Qué ocurrirá cuando las corrientes ideológicas internas del PSOE en Ferraz y en el Paseo de Sarasate dejen de coincidir? “

Y esto nos lleva a una preocupante reflexión: ¿Qué ocurrirá cuando las corrientes ideológicas internas del PSOE en Ferraz y en el Paseo de Sarasate dejen de coincidir? ¿Cuando el fortísimo sector jacobino del socialismo español sea hegemónico y vuelvan los Pepiños, Leguinas y Borreles?. (Los Page, Vara, Lambán y compañía aún siguen ahí). Una predicción para cuando esto suceda, que lo hará: en pleno desplome de UPN, la derecha y la izquierda españolas unirán sus esfuerzos para normalizar el espacio político de Navarra e instalar el turnismo PP/PSOE aquí también.

GEROA BAI, EL PRECIO DE LA LEALTAD. Geroa se ha dejado 16.000 votos en el envite. Un tercio de los cuales seguramente hayan ido a las listas de Bildu, un resultado no por esperado menos doloroso. Es el precio a pagar tras 4 años de lealtad institucional, de esfuerzo para alejar al PSOE de tentaciones pactistas con la derecha a fin de asentar el cambio en Navarra. Todo entre el ninguneo, cuando no directamente fraude, del trilero socialista. Esto, además de la pérdida de la centralidad, ha supuesto por una parte la invisibilidad del trabajo de gobierno de Geroa Bai y por otra el enfriamiento de algunos de sus votantes que han apostado por una política más firme o han preferido quedarse en casa.

Geroa Bai, más allá de sus resultados electorales sigue siendo una fuerza política en Navarra que ni excluye ni es excluida por las demás, que es garantía de gobierno de progreso allá donde es determinante. Y sigue reteniendo la llave del Palacio de Navarra, salvo que PSN y UPN decidan volver a amancebarse, en cuyo caso estaríamos hablando de otras cosas.

Pero el mensaje ha sido claro y merece una reflexion rigurosa, Geroa ya no puede permitirse cuatro años más a la sombra de la sucursal navarra de Ferraz, le va en ello su propia existencia. Geroa Bai exige transparencia y fidelidad mutuas al socio mayoritario antes de renovar ningún pacto, esa es la razón de las objeciones que Geroa Bai ha presentado antes del inicio de las conversaciones y que algunos no parecen entender aún. Pero para reeditar el acuerdo debe exigir algo más. Mientras la lealtad siga siendo unidireccional, una de las partes seguirá monopolizando la centralidad política a cambio de nada. O de muy poco.

PPN. VUELVE PARA QUEDARSE. Sin sorpresas, el Partido Popular ha vuelto para reclamar su espacio. Que es el que es, exiguo. A un partido que nació dando por descontado que a su derecha no existiría nada, le ha penalizado la irrupción de VOX. Pero no tienen prisa, saben que, salvo votos, no les faltará de nada. Desde Madrid les seguirán manteniendo mientras Navarra siga siendo razón de estado. Seguirá sobreviviendo en simbiosis (parasitismo más bien) con UPN a la espera de que, en España, la próxima ola conservadora le permita arañar votos a los socialistas.

CONTIGO ZUREKIN, MENOS JUNTOS QUE POR SEPARADO. Contigo Zurekin ha sido el otro gran perjudicado, ha cosechado 8.000 votos menos de los que hace 4 años lograron por separado sus integrantes. Eso sí, la acumulación de fuerzas les ha permitido mantener la representación en el Parlamento Foral. También nos ha ocultado hasta donde ha llegado el hundimiento de Podemos en Navarra, una fuerza que hace 8 años miraba a los ojos al PSN disputándole la hegemonía de la izquierda española en Navarra y que hoy boquea intentando agarrarse al bote salvavidas del, siempre exiguo, espacio a la izquierda del PSN.

VOX. EL INVITADO INDESEADO. Poco que analizar. La espuma de la ola neofascista que recorre España rompiendo en la orilla navarra. Durará lo que dure la marejada.

EH BILDU, EL GUTARRISMO COMO IDEOLOGÍA. Hemos dejado para el final el caso de EH Bildu porque es posiblemente el más digno de análisis. A pesar del descenso de GB, de las continuas llamadas al voto útil y del viento mediático a favor tanto en Madrid como en Navarra, ha crecido unos 5.700 votos, su nuevo techo electoral. Esto lejos de regocijarla parece haber sumido a la coalición abertzale en una profunda frustración. Como si ahora, de repente, fuesen conscientes de que conseguir sus mejores resultados históricos no les sirve mas que para quedar en tercer lugar y lejísimos de ser alternativa de gobierno. De que Navarra, Nafarroa, es un bocado muy grande y con muchas espinas para cualquier partido en solitario. Y para ellos más.

Durante la campaña el, extensísimo, programa electoral de Bildu parece haber quedado en un segundo plano o haber sido elaborado únicamente para que los votantes más curiosos lo buscasen por las redes. El mensaje de la coalición se ha centrado fundamentalmente en sí misma, en un ejercicio de ombliguismo que al paso de los días y los actos ha ido mutando hacia un gutarrismo intransigente, con continuas apelaciones al voto útil, menosprecio constante a otras opciones políticas, denuncias victimistas de veto y con la autoafirmación como única alternativa.

Así las cosas, podrían perfectamente haber cambiado su lema IMPARABLES por un ¡PORQUE ME LO MEREZCO!. La duda es si ese tipo de mensajes son atractivos para el electorado o más bien asustan a una mayoría fuera de sus incondicionales.

“Pudiendo haber accedido a la práctica totalidad de las concejalías delegadas del gobierno municipal con un alcalde interpuesto, han preferido castigar a la ciudadanía pamplonesa, poniendo de paso en evidencia que su objetivo real era cobrarse el trofeo de la alcaldía.”

La campaña terminó con la imagen de un Asirón, habitualmente afable y sonriente, crispado y claramente decepcionado, culpando a diestro y siniestro de su fracaso y sin ningún rastro de autocrítica. No sabemos si por el supuesto veto socialista o por alguna consigna interna de no llegar a ningún acuerdo.

El estropicio en el caso de Pamplona culminó la última semana de campaña con un chaparrón de insultos y descalificaciones hacia los que hasta el último segundo intentaron mediar proponiendo alternativas a la derecha que, no lo olvidemos, había ganado claramente. Pudiendo haber accedido a la práctica totalidad de las concejalías delegadas del gobierno municipal con un alcalde interpuesto, han preferido castigar a la ciudadanía pamplonesa, poniendo de paso en evidencia que, en realidad, su objetivo no era conseguir una mayoría progresista en el gobierno de la ciudad, sino cobrarse el trofeo de la alcaldía de Pamplona.

UN PAISAJE GENERAL BASTANTE FAMILIAR.

La imagen es lo suficientemente reveladora:

Existen dos Navarras. La urbana, la que se disputan intensamente los partidos mayoritarios, y la rural, la gris, la que entre el Ebro y la capital mantiene viva la Navarra que nos gusta fotografiar y de la que nos gusta presumir a los urbanitas, capitalinos o no.

Esa Navarra, cuando elige a los que tienen que gestionar su día a día más cercano, se organiza en candidaturas populares, busca apoyos o, simplemente, vota al vecino ese que todos conocen, que siempre ha estado ahí y que nunca les ha defraudado.

Entre tanto veto, tanta razón de estado y tanto gutarrismo, esa Navarra sigue esperando. No la olvidemos.

@gukgeuk 230623