HISTORIA DE UNA PRESIDENTA NO REFRENDADA.
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En mayo de 2019 millones de electores europeos acudieron a las urnas arropados por la idea de que por primera vez iban a ser protagonistas de la elección de un gobierno europeo surgido de las urnas con un presidente legitimado por sus votos.

Se suponía que las dos grandes familias europeas (socialistas y populares) se disputarían la victoria y que el Spitzenkandidat de uno u otro accedería a la presidencia. El vencedor fue el EPP y su cabeza de lista Manfred Weber, un joven político socialcristiano bávaro, empezó a redactar su discurso de investidura…
…entonces Ángela Merkel recibió una llamada y todo se torció.
La llamada era del palacio del Eliseo. Emmanuel Macron creía que Weber no era el candidato más adecuado para ejercer la jefatura del gobierno europeo (Comisión Europea) y le pedía su apoyo.
Hasta las elecciones del 26 de mayo la política de la Unión Europea se reducía al habitual reparto de poder entre socialdemócratas, liberales y populares. El Spitzenkandidat (candidato principal o cabeza de lista) de la familia política ganadora accedía directamente a la presidencia y los ministros (comisarios según la jerga europea) los proclamaba el parlamento tras arduos regateos entre familias políticas, donde no faltaban cuotas por países, pactos “quid pro quo” e incluso exámenes para evaluar la capacidad del candidato.
Pero esta vez, el 2 de julio, una cumbre de los jefes de Estado y de gobierno de la Unión “recomendó” que la ministra de defensa alemana Ursula von der Leyen se convirtiera en presidenta de la Comisión Europea. Que este nuevo procedimiento de elección de la presidencia europea puentease la teórica soberanía de Parlamento Europeo no parecía importar. Era una obsesión de Emmanuel Macron, “l’enfant terrible” de la Europa post-Brexit y Angela Merkel, más fuera del escenario político que dentro de él, cedió al capricho del francés.
Algunos parlamentarios socialistas, curiosamente franceses y alemanes, se rebelaron mientras sus correligionarios portugueses y españoles acataron disciplinadamente las órdenes “de arriba” y votaron a favor de Von der Leyen.
Pero Úrsula todavía no tenía la mayoría suficiente y después de innumerables negociaciones con todos los que hasta la víspera Macrón calificaba de “nalcionalpopulistas”, “incendiarios de bajas pasiones”, “propagadores del odio” y a los que había jurado que “le encontrarían siempre enfrente”, finalmente, Úrsula Von de Leyen fue investida por nueve votos (9 de 705), gracias a una vistosa alianza de fuerzas que incluía a los ultraconservadores polacos, a una docena de leales a Orbán y a todos los eurodiputados del Movimiento 5 Estrellas, socios por entonces de Salvini.

“Si ustedes quieren ver en mi persona a su principal oponente, están en lo cierto”.
Emmanuel Macrón a Matteo Salvini, y Orbán
Este relato poco conocido del proceso que ha aupado a la presidencia europea a una persona que ni siquiera se presentó a las elecciones, nos aleja de las historias que cada día nos cuentan a los disciplinados y algo apáticos ciudadanos europeos sobre elecciones libres, voluntad popular, construcción europea y otras fábulas. Europa tiene un serio pecado original en la elección de sus mandatarios y mientras no lo solucione nunca será un espacio democrático, solamente será un Club de Naciones más o menos demócratas, porque en esta Europa hay de todo.
Es muy preocupante la ególatra autocomplacencia de algunos de nuestros líderes europeos. Más allá de la pobreza intelectual de esa idea de que Europa es el mejor de los mundos posibles, existe una realidad evidente, un “elefante en la habitación” difícil por lo visto de ver desde Bruselas o Estrasburgo.
En vano académicos e intelectuales, desde Joseph Weiler hasta Jürgen Habermas, europeístas intachables, enumeran los déficits democráticos de la UE, advierten de la parálisis de la construcción europea o denuncian la inanidad de su Parlamento.
Europa hoy es un proyecto fallido, refugio de políticos de segunda fila a los que desde sus respectivos países se les da la patada hacia arriba para quitárselos de en medio, gobernado por funcionarios tecnócratas controlados a su vez por comisarios políticos oscuramente designados.
Todo esto dicho desde la rabia y el dolor de un europeísta devoto.
@gukgeuk 220915
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