EUROPA DEJA DE SER OCCIDENTE.

Meridiano de Greenwich, la costura de dos mundos .

Cuando pensamos en Europa como parte de Occidente se nos olvida el dato objetivo de que, geográficamente al menos, no lo es. Más del 80% de su territorio se encuentra al este del meridiano de Greenwich, técnicamente en el hemisferio oriental. Ahora tras su acceso al poder, todo apunta a que el Emperador Americano la equiparará, no ya a un territorio oriental, sino a cualquier otro del Sur Global.

Aunque ahora nos parezca lejano, hubo un tiempo en el que el sueño europeo se basaba, en la creación de un espacio de paz y desarrollo, basado en la libertad y el bienestar de sus ciudadanos, en la convivencia pacífica, cuya misión global en el planeta era servir de contrapeso a las dictaduras autoritarias y a las superpotencias imperialistas. Y su arma más terrible era la diplomacia. Al menos algunos así nos lo creímos.

Eso fue antes de que, uno tras otro, los arquitectos de esa Europa fuesen desapareciendo de escena por causas naturales y dando paso a otra generación de políticos más jóvenes y con ideas nuevas. Nuevas no siempre quiere decir mejores. Se trata de una generación de millonarios posh, hijos y nietos de antiguos linajes europeos, que siempre se mantienen a flote, independientemente de avatares políticos o económicos y que han ido accediendo al poder a lomos de las grandes corporaciones industriales, financieras o farmacéuticas. Una nueva generación que, a diferencia de los anteriores, no son políticos sino gestores económicos y financieros.

Algunos de los nuevos líderes, actuales o recientes, son millonarios de cuna o por matrimonio (Mark Rutte, Rishi Sunak); grandes armadores (Jonas Gahr Støre); provienen de dinastías políticas corruptas (Mitsotakis); de familias titulares de grandes negocios (Alexander De Croo), de exitosos viticultores (Xavier Bettel) o directamente de la plutocracia bancaria (Macrón entre otros). Mención especial para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que entre ella y su marido suman todas las categorías anteriores: Linaje, negocios, corrupción,…

Metz, la derecha dura, de oscuro pasado, vuelve a la Bundeskanzleramt.

El último y más reciente ejemplo prototípico de estos dirigentes europeos es el nuevo canciller de Alemania Friedrich Merz: Millonario, miembro de una vieja estirpe de la nobleza alemana, arrogante hijo y nieto de nazis, abogado corporativista de la todopoderosa industria química alemana y cabeza visible del entramado corsario-financiero BlackRock en Alemania. Metz ha sido hasta ahora el eterno perdedor de las elecciones internas de su partido ante Merkel, Kramp-Karrenbauer o Armin Laschet, todos ellos representantes de una derecha moderada y dialogante, Metz accede al poder con ganas de revancha.

Dejo para el final a Kaja Kallas, la nueva jefa de la diplomacia europea. Una perturbada, hija privilegiada de un apparátchik del viejo PCUS, que intenta limpiar ese supuesto pecado original proclamando ante todo el que quiere o no tiene más remedio que oírla, su odio a Rusia y su deseo de que sea descuartizada en pedazos. Sin importarle que eso pueda llevarnos a todos al holocausto.

Esta generación de millonarios posh, algunos de ellos hijos y nietos de antiguos linajes europeos, que siempre han estado al mando desde hace generaciones y han accedido al poder a lomos de las grandes corporaciones industriales, financieras o farmacéuticas vive muy bien. Tiene mucho que perder y no se va a rebelar.

Ahora Europa está gobernada, directamente o por delegación, por oligarcas. Vivimos en edificios de su propiedad, también son los dueños de las vacunas que nos guardan de las pestes y de los medicamentos que nos mantienen con vida, los bancos donde dejamos nuestros dineros a cambio de nada también son suyos; el petróleo, el gas, las comunicaciones, las aplicaciones que usamos diariamente y de las que extraen nuestros datos más íntimos. Todo es suyo. Y además también les pagamos fabulosos sueldos por representarnos.

Algunos de ellos profesan cada vez más abiertamente ideas misantrópicas como la resurrección del cameralismo prusiano, que no es otra cosa que la conversión de las naciones en empresas con ellos como consejeros delegados. Hay algo que no ha cambiado: El mensaje de paz, desarrollo y libertad sigue siendo el mismo, pero ya no es una aspiración política. Es solamente propaganda.

La principal función de la propaganda es la difusión de ideas o valores propios, envueltos en un envoltorio atractivo. Haciéndolos de paso inteligibles para personas que, de otro modo, serían incapaces de entenderlos o que normalmente, por razones morales o de su propio interés, se opondrían a ellos.

La propaganda no es información. Puede ser cierta o falsa, ese no es su principal objeto, pero su misión final de convencer hace que frecuentemente bordee o rebase ampliamente los límites de la verdad. Su característica definitoria más habitual suele ser: Mensajes simples para problemas complejos.

Es importante que las personas que utilizan la propaganda como herramienta estén vacunados contra ella, porque cuando las personas que deciden, lo hacen bajo el influjo de narrativas simplistas, tan propias de la propaganda, toman en general muy malas decisiones. Lo más peligroso para las sociedades complejas o las naciones es que sus dirigentes se crean su propia propaganda, les nubla el entendimiento.

Históricamente los ejemplos son abundantes. Durante la Primera Guerra Mundial, la sociedad alemana se enteró de que iba a perder la guerra en el último momento. Una semana antes de la rendición de Alemania, el pueblo alemán creía firmemente que la victoria era inminente. Y esto posteriormente tuvo mucho que ver con la frustración colectiva de la sociedad alemana que a la postre trajo su nazificación.

El relato americano del Irak de Sadam, sobre armas de destrucción masiva y ciudadanos oprimidos deseando ser liberados, acabó en una guerra que rompió el delicado equilibrio de un país diverso en etnias, religiones y culturas llevándolo a la guerra civil. Doce años después han repetido el mismo horror en Siria.

En Ucrania, los dirigentes europeos y americanos se creyeron su propio relato propagandístico de un pueblo ruso a punto de rebelarse y la imagen del avejentado oso ruso al que podrían poner de rodillas simplemente con sanciones y un poco de ayuda de los ucranianos. Toda la UE, incluidos sus dirigentes, sigue instalada en esa burbuja irreal, atrapada en la propaganda creada por el conservadurismo americano y basada en blancos y negros, sin grises, sin dudas. Ahora, llegada la hora de despertar a la dura realidad, ellos siguen soñando.

De repente el outsider ha vuelto. Y, como prometió, en sus primeras semanas en la Casa Blanca Trump ha puesto patas arriba todas las formas diplomáticas que hasta ahora se consideraban obligadas en las relaciones multilaterales. La furia con la que el nuevo presidente ha iniciado sus cuatro años de mandato ha sido tal, que hasta los valedores de la anterior administración demócrata, están acatando sin rechistar los modos de la nueva presidencia. Únicamente unos pocos elementos aislados de la judicatura americana intentan puntualmente poner coto a la irracional oleada de órdenes ejecutivas emanadas de la nueva administración.

Para los países que no han participado en la elección del nuevo César americano, lo urgente ahora es conocer cuanto antes el tipo de relaciones que de ahora en adelante pretenden imponer los USA  del «Make America Great Again» trumpista al resto del mundo. De momento, lo que vaticina el semanario liberal británico The Economist, especializado en economía y relaciones internacionales, no es muy esperanzador:

Es probable que el lamento de The Economist no se deba a una especial estima por los valores de la democracia liberal, sino por lo que supone de abandono de la defensa de esos mismos valores en manos de sus enemigos históricos:

Por una parte esa añoranza del antiguo orden, en uno de los medios liberales de referencia, como si las décadas de guerras supuestamente «antiterroristas«, decenas de golpes de estado y de intervenciones desestabilizadoras, protagonizadas por la CIA y sus organizaciones instrumentales (como la estos días tan lamentada USAID), hubiesen sido el mejor de los mundos, es especialmente deshonesta; pero por otra, nos da la medida de lo que asoma en el horizonte político inmediato.

Detrás de la retórica de todos los gobiernos americanos, desde Bretton Woods hasta hoy, nunca ha estado el bienestar de la población planetaria, ni la paz mundial, ni la defensa de las libertades, sino una implacable búsqueda de la supremacía política y económica del mundo occidental y la sumisión y explotación del resto. Lo que hoy nos está enseñando Trump no es sino, desvergonzadamente y sin complejos, la versión mafiosa de las mismas políticas. A fin de cuentas, para Trump la política es poco más que un hobby.

Política, el hobby favorito de Trump.

En Europa el cambio parecerá dramático, pero en el fondo es más estético que otra cosa. Cambiarán los modos y las formas pero la esencia será la misma… solo que con las cosas más claras. Los líderes europeos, habituados a la ficción de ser actores imprescindibles en el escenario político global, tratados como iguales por sus homólogos transoceánicos, han sufrido un golpe importante al pasar abruptamente de socio a capataz del Gran Patrón y de ser formalmente escuchados en Washington a que su opinión importe poco o nada. En el fondo lo mismo que antes de Trump. Y es que las órdenes del patrón ni se negocian ni se discuten.

Trumps odia a la mayoría de gobernantes europeos y no va a aceptar disidencias ni titubeos entre ellos, los indecisos pueden prepararse a ser ninguneados, en el mejor de los casos. En el caso de los que se resistan… la grotesca reprimenda a Zelensky era sólo un aviso a navegantes. La provocación contra Dinamarca o la imposición unilateral de aranceles ha sido un sondeo, un juego calculado para tantear la sustitución de los caminos más o menos diplomáticos utilizados hasta ahora por los de la imposición unilateral. Esto igualara el tipo de relaciones mutuas a las que son las habituales entre los USA y el Sur Global. Los actuales dirigentes europeos, después de algunos gestitos de enfado y unos cuantos jolines, lo aceptarán porque personalmente tienen mucho que perder y lo saben, como saben también que al igual que el tragicómico presidente ucraniano, tampoco «tienen cartas».

Para redondear el guión, el rubio y popular capitán del equipo USA, se ha buscado otra pareja, mas fea pero que por lo visto le pone mas, veremos lo que le dura. Europa ahora es una cheerleader despechada.

De la mano de estos gerentes políticos, Europa se mueve rápida e inexorablemente hacia su irrelevancia política, hacia el Sur Global. Los recientes y actuales mandatarios europeos se han ganado a pulso este status. Su incapacidad para hacer valer su condición de socio o aliado ante todas las administraciones americanas desde Bush padre, ha relegado a Europa a la condición de vasallo, y a los vasallos se les trata como a tales. Ha bastado con que haya vuelto al poder un ególatra patológico para que todas las normas diplomáticas, incluso las reglas de cortesía, hayan desaparecido de las relaciones internacionales.

No les importa. Carecen del menor sentido de orgullo europeísta. Para ellos Europa es un instrumento, un enjambre burocrático, convertido en un fin en si mismo, cementerio de elefantes políticos, lugar donde almacenan sus valiosos jarrones chinos o destino final para figuras políticas incómodas. En el fondo solamente es un altavoz desde el que proclamar al mundo su supuesta fortaleza común, cuando en el fondo detrás de esa fachada no existe mas que un conjunto de pequeños, medianos y mediocres países.

Y no valen lamentos es lo que Europa se merece. En vez de trabajar para crear un demos europeo, un cuerpo ciudadano consciente y responsable, en torno al estado del bienestar, en vez de construir la soberanía europea; fuerte diplomática, económica e incluso militarmente, los en el fondo pequeños países europeos, han seguido absortos en sus pequeños ombliguitos nacionales, ajenos a su insignificancia global mientras luchan infantilmente frente a sus socios por los fondos europeos. Han abandonado el objetivo de la construcción europea. Algunos incluso empezamos a sospechar que ese proyecto nunca existió en serio, que todo fue una trama para el «Lebensraun» alemán, (un espacio + una moneda = un mercado). Ni un paso más allá.

«Su incapacidad [la de Europa] para hacer valer su condición de socio o aliado ante todas las administraciones americanas desde Bush, ha relegado a Europa a la condición de vasallo, y a los vasallos se les trata como a tales.»

El futuro de esta Europa va a ser complicado. Posiblemente una vez superada la sorpresa inicial vendrá la fase de aceptación de las nuevas reglas y un enfriamiento de relaciones entre USA y la UE que, sin llegar a una abierta hostilidad mutua, se estabilizará a medio plazo, dependiendo del éxito o fracaso de Trump en sus políticas aislacionistas y de la reacción de los neoconservadores americanos, refugiados hoy día en el Partido Demócrata y de momento desaparecidos. Por su parte los dirigentes europeos seguirán errando en la doctrina atlantista que da por sentado que la responsabilidad de la defensa de Europa es de los Estados Unidos y a su costa, justo lo que Trump ha prometido liquidar. Seguramente eso se acabó, pasó a la historia.

Además de EEUU y sus aliados de Asia-Pacífico, Europa deberá agregar a su lista de competidores el emergente mundo de los BRICS liderado por China, que cuenta con algunos de los países más poblados del mundo además de con la incomoda proximidad de su vecino ruso, eufórico después haber ganado una guerra contra un enemigo equipado con todo el arsenal europeo, respaldado por la OTAN y crecido en su autarquía al haber salido reforzado de las sanciones económicas.

Sin el respaldo de ninguno de esos bloques predominantes, Europa no tiene por sí sola ninguna posibilidad de ganar una guerra comercial (mucho menos bélica), ante ningún rival. Eso la convertirá en un corral de molestos caniches ladradores, al estilo de los países bálticos, a la que nadie hará demasiado caso. Es más, si Europa no paga por la protección empezará a ceder influencia y… territorio. Empezando por Groenlandia y seguido de las posesiones francesas de ultramar, las islas y plazas de soberanía españolas en África o las islas de Egeo. Es el precio de la irrelevancia.

Otra cuestión interesante es el futuro de las fuerzas de ocupación americanas en Europa, una vez que USA ha perdido el interés en mantenerlas y, sobre todo, financiarlas. Ahí es cuando Europa se enfrentará a su principal problema existencial. Puede acceder (seguramente lo hará) a pagar el enorme costo de mantener, no uno, sino varios ejércitos extranjeros en su suelo, (275 bases y emplazamientos militares, la mayoría en Alemania, con actualmente más de 100.000 asesores militares y soldados americanos en ellas) o bien trabajar para levantar esa autonomía estratégica y defensiva a partir de sus actuales fuerzas militares, insuficientes hoy en día ni siquiera para defenderse de una amenaza seria a uno de sus territorios. Es lo que en el fragor de la indignación los mandatarios europeos han prometido, incluso valorado ¿aleatoriamente? en 800.000 millones de euros. Pero, como en todo, ya van muy tarde.

En este escenario, y con la urgencia de la reconstrucción de Ucrania tras la victoria rusa, otro reto de la UE será mantener la unidad interna entre las fuerzas centrífugas existentes como el grupo de Visegrad o el más reciente de los países escandinavos y bálticos encabezado por Alemania. Incluso es factible que surjan otros entre los países del sur de Europa, hartos de centroeuropeísmo, y con Francia como pegamento de todos ellos. Esto pondrá a prueba las costuras del complejo entramado europeo cuyas instituciones pueden debilitarse e incluso desaparecer ante las demandas de recuperación de soberanía de algunos países miembros como Bulgaria (posiblemente el país que más caro ha pagado su incorporación a la UE) o Rumanía. Terreno abonado para que Rusia y China busquen colaboradores en Europa para el grupo BRICS+.

Existe otro camino. EL CAMINO. El que cancilleres alemanes como Willy Brandt, Helmut Kohl, Gerhard Shröder o la mismísima Angela Merkel, fueron desbrozando pacientemente desde 1969 antes de que anteayer la nueva generación de verwöhntekids, que no conocieron ni la posguerra ni la precariedad, accedieran al poder.

«Ausländer raus» (fuera extranjeros) la canción que se ha vuelto viral en las  fiestas exclusivas de los Verwöhntekids, los niños pijos de la alta sociedad alemana.

Acordar con Rusia la arquitectura de seguridad en Europa (Rusia ya hizo su propuesta de Modelo Euroatlántico en 2009). y desarrollar una fuerza de disuasión propia que haga innecesarias, por inservibles, las bases militares de los USA, los carísimos sistemas de armas y misiles que nos venden y las costosísimas contramedidas a que todo esto obliga a Rusia. Redefinir Europa con la UE y la Federacion Rusa en un mismo espacio estratégico, dentro del marco de una OSCE fortalecida en el cual debatir la Europa (el continente europeo) del futuro. En resumen, terminar con la Guerra Global Permanente teorizada por los poderosos Think Tanks americanos y  regresar a la senda de la Paz y la colaboración.

Emergería así un enorme espacio geográfico con más de 700 millones de habitantes, rico en tecnología, conocimiento y recursos naturales y humanos. Un espacio autónomo, libre de dependencias americanas o asiáticas, que sería lo más parecido a lo que los europeos siempre hemos llamado EUROPA y que nos viene siendo robado desde que hace 77 años Estados Unidos la comprara a precio de saldo y la ocupara. Ese sí es el sueño europeo, la pesadilla americana.

“El interés primordial de Estados Unidos, por el que hemos librado guerras durante siglos, la Primera, la Segunda y la Guerra Fría, ha sido la relación entre Alemania y Rusia, porque unidas son la única fuerza que podría amenazarnos. Tenemos que asegurarnos de que eso no ocurra”

George Friedman.
Ex CEO de Stratfor.
Presidente de Geopolitical Futures.

Porque ese es el mayor temor de los estadounidenses desde siempre. Las buenas relaciones entre Alemania/UE y Rusia perjudican el orden impuesto por Estados Unidos hace 77 años y Washington hace todo lo posible y lo imposible, lo lícito y lo ilegal para sabotearlas. Empujaron al Reino Unido a abandonar la UE manipulando una consulta popular, alientan y manejan desde la sombra el Grupo de Visegrad para imposibilitar a la UE cualquier paso adelante en su construcción, fomentan grupos de oposición (neonazis si hace falta) en los países neutrales para acosar a la población rusa o arrinconar a la Federación Rusa hasta obligarle a soltar el zarpazo para que la profecía se autocumpla y echar así por la borda cualquier tentación de convivencia europea que deje a los USA fuera del juego… de paso reventaron la Nord Stream para aumentar la dependencia de Europa de su patrón americano.

USA no ha perdido esta guerra, como anuncia por las redes la izquierda infantiloide. Los objetivos estratégicos que Nuland y sus secuaces plantearon hace 12 años se han cumplido con creces. Y ese no era otro que cumplir el pronóstico del antiguo asesor de seguridad de Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski y que defiende en sus libros El gran tablero mundial La única potencia mundial: Convertir la Europa Occidental en solamente una parte de Eurasia, la que ellos controlan.

@gukgeuk 250314


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